Diariamente mantenemos una comunicación constante con los personas, por lo tanto es recomendable la higiene bucal, ya que este es un factor importante para entablar un buen dialogo, en muchas ocasiones sucede que la otra persona pueda percibir el mal olor que emanas de tu boca y pueda que tu no lo sientas, esto hace que genere cierta incomodidad. Entonces ha que se debe? Este problema se presenta de manera común como la halitosis y afecta a mas del 50% de la población, la halitosis es el mal aliento que se genera por distintos factores o problemas, el mal aliento puede ser fugaz, pasajero, crónico o permanente. Esto depende principalmente del origen o causa etiológica.
En suma, el mal aliento puede llegar a ser un serio trastorno para
quien lo padece, como también para quien lo percibe, ya que muchas veces es
necesario hacer un esfuerzo en disimular para no herir. Cuando existe
confianza, es mejor advertir, con la debida cortesía, la existencia de
mal aliento, con el fin de que el afectado pueda buscar una solución.
Veamos ahora cuales son los posibles lugares donde se origina la
halitosis.
Halitosis de causa bucal: La arcada dentaria. Piezas dentarias en mal estado,
sea por caries, falta de aseo o presencia de restos alimentarios entre los
espacios de los dientes. Aquí debemos mencionar que es mucho más fácil
encontrar espacios interdentales amplios o separados en adultos mayores que en
niños o adolescentes, lo que nos llega a inferir que será más frecuente la
halitosis causada por este problema en los ancianos que en personas que cursan
las primeras etapas de la vida. La boca ocupa el primer lugar como causa de
halitosis. El odontólogo y a veces el otorrino, son quienes resuelven el
problema.
Hay varios factores en la boca, entre los que se cuenta las enfermedades de
las encías; ciertas afecciones de las amígdalas o mucosa bucal. El
cuidado de las encías y una buena limpieza de la dentadura, utilizando cepillo
e hilo dental, es fundamental para prevenir el mal aliento proveniente de una
boca descuidada.
Hay casos crónicos originados por alteraciones locales. El ejemplo más
fácil de mencionar es cuando alguien tiene sus amígdalas con criptas. Las
personas que han padecido cuadros crónicos infecciosos en su garganta, tienden
a desarrollar criptas en las amígdalas. Las criptas son pequeños orificios
superficiales en el tejido amigdalino, fáciles de visualizar al abrir la boca y
en cuyo fondo encontramos cavidades o bolsas que alojan restos alimentarios.
La acumulación de estas pequeñas porciones de comida recibe el nombre de
material caseoso o cáseum. Son muy fáciles de identificar porque cuando el
paciente logra expulsarlos los aprecia como de aspecto blando, coloración
blancuzca y de un característico olor que es muy fétido y desagradable,
producto de la degradación o descomposición del material orgánico que se
acumuló en la bolsa o cripta.
Halitosis de origen respiratorio: Las infecciones por
determinado tipo de bacterias en las vías respiratorias, cuya presencia genera
mal olor en la nariz, senos paranasales o bronquios, es otro factor de
halitosis. El otorrino y el médico broncopulmonar son los especialistas encargados
de tratar esta forma de halitosis. Debemos señalar en este grupo la halitosis
transitoria por algunos alimentos ingeridos que eliminan parte de sus
componentes a través de la respiración, como el alcohol, ajos, cebollas.
- Enfermedades
que alteran “la química” del cuerpo: llamadas enfermedades metabólicas, como
diabetes, uremia e insuficiencia del hígado son causa menos frecuente del
mal. La diabetes descompensada tiene la mayor incidencia en
este grupo y obedece a la emanación de los llamados “cuerpos cetónicos”.
El médico internista es el especialista que trata este grupo de
enfermedades.
- Muchos
atribuyen la halitosis a trastornos digestivos, como acidez
gástrica, colon irritable o estitiquez, sin embargo, el aparato digestivo
no interviene en la halitosis, salvo por los eructos de mal olor, que es
momentáneo y ocasional. La explicación es porque el esófago
permanece normalmente colapsado, evitando el ascenso de los olores del
tubo digestivo. Es falso creer que el aliento refleje el estado de
la digestión.
- La
difícil digestión de ciertos alimentos también conlleva al mal aliento.
Sobre todo en aquellos casos de personas con deficiencias vitamínicas o de
enzimas digestivas que no logran metabolizar hasta el proceso final esos
nutrientes. El mejor ejemplo quizá es la leche y sus derivados, quesos,
cremas y otros, cuyo consumo es tan común y necesario para el humano.
- Pero
también se hace necesario hablar de otras costumbres causantes del mal
aliento. Me refiero a la práctica del tabaquismo y del alcoholismo. Ambas
conductas van de la mano con la halitosis, no pueden separarse.
Halitosis Psicológica, ciertas personas creen tener mal aliento, sin
embargo, en la realidad no existe tal problema. Se trata de individuos con
algún trastorno psicológico, como hipocondría, aversión patológica a la
suciedad o malos olores e incluso delirios de tipo paranoico, como
imaginar que el cuerpo esta pudriéndose. Desde luego, es el psiquiatra
quien puede ayudar estas personas.
En los chicos la Halitosis
La halitosis es un problema relativamente frecuente en la población
infantil. Generalmente se atribuye a una higiene deficiente de la cavidad bucal
y de sus piezas dentarias. No hay que restarle importancia porque puede ser el
aviso de algún trastorno orgánico. Estos pueden ser afecciones como la
estomatitis, gingivitis, faringoamigdalitis, rinitis o sinusitis.
Si un niño pequeño presenta mal aliento, y es sano hasta el momento de
percibir ese mal olor, habrá que pensar en la posibilidad de que tenga
introducido algún cuerpo extraño en sus fosas nasales. Si es así no hay que
extraerlo. En su intento se podría introducir aún más. Llevar al niño al médico
es lo aconsejable.
Si no es este el caso, la raíz del problema esté en una inadecuada higiene
bucal. Una visita al dentista puede verificarlo. Si el examen odontológico
descarta alteraciones bucales o mala higiene, se deberá consultar con el
pediatra.
Tratamiento de la halitosis
El tratamiento de la halitosis tiene distintas fases consecutivas como:
- Acudir a
un odontólogo que explore la cavidad oral, todas las piezas dentarias y
las encías. Es posible que aconseje una tartrectomía para eliminar la
placa bacteriana y trate las piezas dentales con caries o extraiga las
piezas en muy mal estado.
- Uso de seda
dental: para eliminar los restos de comida incrustados entre los dientes.
Debe realizar después de las comidas y antes del cepillado dental.
- Cepillado
dental, como mínimo tres veces al día o después de cada comida principal y
sobre todo nunca olvidar antes de ir a dormir por la noche. El cepillado
de los dientes debe realizarse en todas sus caras y también debe incluir
el dorso de la lengua. Se recomienda un cepillo dental suave si sangran
las encías y una pasta de dientes que tenga un alto contenido en flúor.
- Colutorios
bucales tras el cepillado o entre cepillados.
- Masticar
chicle sin azúcar: es otro remedio contra la halitosis entre las comidas o
entre cepillados de dientes, debido a que se aumenta la producción de
saliva. Tampoco debe sustituir al cepillado dental.
- Ingesta
abundante de agua: se recomienda beber entre uno y dos litros de agua al
día para favorecer la producción de saliva. como masticar un trozo de
limón, con cáscara, durante un par de minutos tras las comidas.
- Consumir
grasas con moderación. En personas con retraso en el vaciado del
estómago pueden producirse ácidos grasos y volátiles, y favorecen el mal
aliento. Hay alimentos potencialmente favorecedores de la halitosis, como
el ajo o la cebolla.
- No
permanecer muchas horas sin ingerir alimentos. Es
recomendable tomar una manzana entre comida y comida. Es importante
aumentar el consumo de verduras crudas que ayudan a proteger las encías.
- Evitar el
tabaco, alcohol, café y alimentos de intenso sabor u olor como el ajo, que
potencian la halitosis.
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